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JESÚS CONMIGO

Foto del escritor: Hugo MoctezumaHugo Moctezuma

Lucas 24:13-16 En el camino a Emaús

13 Y he aquí, dos de ellos iban el mismo día a una aldea llamada Emaús, que estaba a sesenta estadios de Jerusalén. 14 E iban hablando entre sí de todas aquellas cosas que habían acontecido. 15 Sucedió que mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó, y caminaba con ellos. 16 Mas los ojos de ellos estaban velados, para que no le conociesen.


Habían pasado tres días desde que Jesús había muerto pero los discípulos ya no eran los mismos. Algo había pasado con ellos, no solo habían perdido a su maestro, sino que en tan solo tres días habían perdido la presencia de Dios en sus vidas. Del mismo modo hay momentos en nuestras vidas donde ya no lo sentimos, aunque ciertamente Él siempre está contigo y conmigo, sin embargo, la realidad es que nosotros somos los que nos hemos perdido de Dios y de sus maravillas. Cuando el Espíritu Santo llega a nuestras vidas lo hace como un viento recio y aunque no lo podemos ver sabemos que está allí, pero cuando el Espíritu Santo se entristece, lo hace sin hacer ruido, sin que nos demos cuenta. Amigos, es terrible perder una casa... Es difícil perder dinero, es duro perder un trabajo, pero si hay algo que nunca podemos permitirnos perder es la comunión con Dios. v.16 “... pero no lo reconocieron, pues sus ojos estaban velados.”


EL PECADO NO PERMITE QUE VEAMOS LO ESPIRITUAL


Lo primero que les pasó a los discípulos fue que no podían reconocer a Jesús caminando con ellos. En ocasiones también caminamos, sin reconocer la presencia de Dios en nuestras vidas, vamos a una iglesia e incluso somos líderes... ¡Pero sin visión espiritual! Todo esto porque perdimos el verdadero propósito de nuestras vidas... Dios. Y aunque los discípulos en el camino de Emaús no podían ver a Jesús, Él estaba con ellos. Del mismo modo también hoy, cuando tú no puedes ver qué vas a hacer con tu vida, ni qué hechos vienen de aquí en adelante... ¡Dios está contigo! Y quiere devolverte la visión y aunque van a haber momentos en lo que tal vez no sintamos a Dios o donde quizá Él parece distante, eso no significa que se haya ido. En el camino vemos dos pares de huellas y ocasionalmente ve solo un par. Entonces podrías decirle: “¿Dónde te fuiste Dios? Él te respondería luego: Son mías las huellas que ves porque, cuando pasas por problemas, ¡Mi gracia es lo que te sostiene!”.



Y les dijo: ¿Qué pláticas son estas que tenéis entre vosotros mientras camináis, y por qué estáis tristes?


¿Cómo nos damos cuenta que perdimos la comunión con Dios? Cuando cambia nuestra forma de hablar, comenzamos a discutir por todo y principalmente, cuando decae nuestro semblante. Los discípulos ya no estaban hablando de fe, ya no estaban hablando con esperanza ni en términos de victoria. Su lenguaje había cambiado, pues aún no habían entendido el plan de salvación por medio de la obra de Jesucristo en la cruz y por esa razón estaban desanimados y sus palabras eran de derrota. Cuando uno pierde la comunión con Dios en su vida, su forma de hablar cambia, sus palabras ya no tienen ese fuego, esa pasión, esa fe, sino que se vuelven palabras de fracaso, de derrota, y podemos tener disputas y contiendas con otros.


En el camino vemos dos pares de huellas y ocasionalmente ve solo un par. Entonces podrías decirle: “¿Dónde te fuiste Dios? Él te respondería luego: Son mías las huellas que ves porque, cuando pasas por problemas, ¡Mi gracia es lo que te sostiene!”

Cuando yo tengo comunión con Dios hay algo que arde dentro de mí que me empuja a trabajar en la obra de Dios. Cada cosa que me encargan hacer es para mí una bendición y no un gran peso (él dijo que su yugo “...es fácil y ligera su carga”), hago todo con alegría y siento que es un privilegio puesto que ya no estoy trabajando para un hombre sino para el Rey de Reyes y Señor de Señores.


¿Sabes por qué son tan importantes las palabras? Porque las palabras muestran lo que hay en tu corazón. La Biblia dice que de una misma cisterna no puede salir agua dulce y agua amarga. Recuerda que “De la abundancia del corazón habla la boca”.


Entonces él les dijo: ¿Qué cosas? Y ellos le dijeron: De Jesús nazareno, que fue varón profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo;20 y cómo le entregaron los principales sacerdotes y nuestros gobernantes a sentencia de muerte, y le crucificaron.21 Pero nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel; y ahora, además de todo esto, hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido.



Los discípulos comenzaron a hablar de Jesús en tiempo pasado, como si todo ya hubiera terminado. Cuando una persona pierde la comunión con Dios empieza a vivir en el pasado:

  • “Yo antes tenía la presencia de Dios”.

  • “Yo antes predicaba”.

  • “Yo antes era bendecido”.

  • “Antes era así...”

Recuerda que en el pasado no vives: ¡Ya no estás allí ahora! Es por eso que cuando tu corazón arde por su Presencia entonces comprendes en tu interior que Jesús vino para darnos un presente diferente y un futuro de bendición. Así que, no permitas que nada te robe la comunión con Él y te deje mirando al pasado.


UNA RELACION PERSONAL CON JESUS


Cuando pierdes la comunión con Dios, pierdes la esperanza. La fe de estos hombres que habían visto a Jesús resucitar muertos, sanar enfermos y hacer toda clase de milagros... había empezado a menguar. No te llenes de dudas ni de temores, llénate de fe y de esperanza. Cuando pierdo la comunión con Dios me vuelvo una persona temerosa, que vive solo de manera racional y deja de vivir por fe, es por esta razón que debemos vivir en la presencia de Dios todos los días de nuestras vidas.


Llegaron a la aldea adonde iban, y él hizo como que iba más lejos. Mas ellos le obligaron a quedarse, diciendo: Quédate con nosotros, porque se hace tarde, y el día ya ha declinado. Entró, pues, a quedarse con ellos.


La actitud de los discípulos de insistir hizo que Jesús se quedara con ellos. ¿Qué sucedió una vez que Jesús se quedó con ellos?

“¿Sabes por qué son tan importantes las palabras? Porque las palabras muestran lo que hay en tu corazón.”

Y aconteció que estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan y lo bendijo, lo partió, y les dio.31 Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; mas él se desapareció de su vista.32 Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?33 Y levantándose en la misma hora, volvieron a Jerusalén, y hallaron a los once reunidos, y a los que estaban con ellos,34 que decían: Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón.35 Entonces ellos contaban las cosas que les habían acontecido en el camino, y cómo le habían reconocido al partir el pan.


Conclusión;

  • Recuperaron la visión. V.30, 31

  • Su corazón volvió a arder. V. 32

  • Recuperaron la fe. V. 34

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Es un gusto para mi, cómo tu servidor, presentarte a #Cristo quien es nuestro camino, la verdad y la vida como lo dice Juan 14:6

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