SOMOS LA IGLESIA: UNA LLAMADA A VIVIR COMO CUERPO DE CRISTO
Por mucho tiempo, hemos confundido la esencia de la Iglesia con la asistencia a un edificio. Nos hemos acostumbrado tanto a reunirnos en un templo que, sin darnos cuenta, hemos reducido nuestra identidad cristiana a un conjunto de reuniones semanales. Sin embargo, la Biblia nos recuerda que la Iglesia no es un lugar al que se va, sino una familia a la que pertenecemos. No somos asistentes, somos discípulos; no somos espectadores, somos parte activa del cuerpo de Cristo.
LA IGLESIA NO ES UN LUGAR, ES UNA IDENTIDAD
Es común escuchar frases como: “Voy a la iglesia” o “No pude ir a la iglesia esta semana”. Pero estas expresiones reflejan una visión limitada de lo que realmente significa ser la Iglesia. Imagina decir: “Voy a mi familia”. Suena extraño, ¿verdad? Esto es porque no asistimos a nuestra familia, sino que somos parte de ella. Lo mismo ocurre con la Iglesia.
Jesús no murió para que simplemente asistamos a reuniones, sino para que seamos su pueblo, su cuerpo en la tierra (1 Corintios 12:27). En Hebreos 10:25 se nos exhorta a no dejar de congregarnos, pero esto no se trata solo de acudir a un edificio, sino de vivir una fe compartida, en comunión y crecimiento mutuo.
SER IGLESIA ES VIVIR EN COMUNIÓN
La Iglesia es un organismo vivo, no un lugar estático. La Palabra de Dios es clara al respecto:
“El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas” (Hechos 17:24).
Dios no está en los templos por el lugar en sí mismo, sino porque su presencia habita en su pueblo. Jesús afirmó: “Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mateo 18:20). Esto significa que la Iglesia está presente dondequiera que sus hijos se reúnan: en una casa, en un parque, en un café o en cualquier otro lugar.
UNA VIDA SIN DICOTOMÍAS: DISCÍPULOS EN TODO MOMENTO
Por siglos, muchos creyentes han vivido una dicotomía peligrosa: una “vida cristiana” dentro del templo y una “vida secular” fuera de él. Esta separación no es bíblica. La Escritura nos llama a vivir para Cristo en todo momento y lugar:
“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís” (Colosenses 3:23-24).
Un verdadero discípulo no cambia su comportamiento dependiendo de si está dentro o fuera del templo. La fe no es una vestimenta que nos ponemos el domingo y nos quitamos el lunes. Somos llamados a vivir nuestra identidad cristiana en cada aspecto de nuestra vida: en el trabajo, en la familia, en la sociedad y en nuestras relaciones diarias.
DEJEMOS DE SER SOLO ASISTENTES Y SEAMOS DISCÍPULOS
Asistir a una congregación no es lo mismo que ser Iglesia. Un discípulo de Cristo no solo participa en reuniones, sino que crece en su fe, se relaciona con otros creyentes, sirve con sus dones y hace discípulos (Mateo 28:19-20). No basta con ser oyentes; debemos ser hacedores de la Palabra (Santiago 1:22).
CAMBIANDO NUESTRA MENTALIDAD
Para que esta verdad se arraigue en nosotros y en nuestras congregaciones, es importante hacer cambios en la manera en que nos expresamos y vivimos nuestra fe. Aquí algunas ideas prácticas:
✔️ Reemplaza frases como “Voy a la iglesia” por “Nos reunimos como Iglesia”.
✔️ Enfatiza que el templo es solo un lugar de reunión, pero la Iglesia somos nosotros.
✔️ Fomenta la comunión entre los creyentes más allá del domingo, mediante encuentros en casas, discipulados personales y servicio a la comunidad.
✔️ Motiva a los miembros a verse a sí mismos como parte activa de la Iglesia en todo momento, no solo durante las reuniones.
CONCLUSIÓN:
LA IGLESIA: UN LLAMADO A LA ACCIÓN
No somos llamados a llenar templos, sino a llenar el mundo con el Evangelio. Jesús no dijo: “Id y llenad los templos”, sino: “Id y haced discípulos” (Mateo 28:19). La Iglesia no se mide por la cantidad de asistentes, sino por la cantidad de vidas transformadas.
Tú no vas a la Iglesia. Tú eres la Iglesia. Y dondequiera que estés, el Reino de Dios debe manifestarse a través de tu vida.
📌 Reflexión: ¿Estás viviendo como Iglesia más allá del templo? ¿Cómo puedes impactar a otros con tu fe esta semana? 🔥✨
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