EL DIOS QUE SANA: YHWH RAPHÁ
En la vida, todos enfrentamos momentos de enfermedad, dolor y aflicción. En esos momentos, buscamos consuelo y sanidad. ¿Existe un Dios que puede sanar nuestras heridas y restaurar nuestra salud? La respuesta es sí. En este devocional, exploraremos el carácter de Dios como el Dios que sana, y cómo podemos encontrar esperanza y sanidad en Él. Acompáñanos en este viaje de fe y restauración.
Muchos de nosotros no valoramos nuestra salud cuando la tenemos, sino sólo hasta que la perdemos. La sensación de estar en emergencia, de mirar unas luces en el quirófano, no se las deseo a nadie, son momentos de tensión, momentos en los que pensamos ¿porqué a mí me tiene que pasar esto.?
¿Quién es YHWH RAPHÁ (DIOS QUE SANA)?
El nombre "YHWH RAPHÁ" se encuentra en el Antiguo Testamento de la Biblia y significa "El Señor que sana". Este título revela el carácter de Dios como el sanador de todas nuestras dolencias físicas, emocionales y espirituales. A través de los siglos, Dios ha demostrado su poder sanador en la vida de su pueblo. Veamos algunos versículos bíblicos que ilustran su naturaleza sanadora:
Éxodo 15:26 (H3): "Si escuchas atentamente la voz del Señor tu Dios, y haces lo que le agrada, y prestas oído a sus mandamientos, y obedeces todos sus decretos, no te traeré ninguna de las enfermedades que traje sobre los egipcios, porque yo soy el Señor que te sana".
La sanidad en la vida de Jesús
La sanidad fue una parte integral del ministerio terrenal de Jesús. Dondequiera que fuera, tocaba a los enfermos y los sanaba. Sus milagros eran una manifestación del poder sanador de Dios. Veamos algunos ejemplos de los milagros de sanidad de Jesús:
Lucas 6:19
Toda la multitud trataba de tocarlo, porque de él salía poder que sanaba a todos".
Mateo 8:16-17
"Al atardecer, le llevaron muchos endemoniados, y con su palabra expulsó a los espíritus y sanó a todos los que estaban enfermos. Esto sucedió para que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías: «Él mismo tomó nuestras enfermedades y cargó con nuestras dolencias»".
Dios que sana, y su obra redentora
La sanidad no solo es una manifestación del poder de Dios, sino también una parte esencial de su plan redentor. A través de la muerte y resurrección de Jesús, Dios ha provisto la sanidad para toda la humanidad. La Biblia nos enseña que Jesús llevó nuestras enfermedades y dolencias en la cruz:
1 Pedro 2:24 :
"Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia. Por sus heridas fuisteis sanados".
Isaías 53:5 :
"Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados".
Cómo encontrar al Dios que sana?
Ahora que hemos entendido que Dios es el Dios que sana, surge la pregunta: ¿cómo podemos experimentar su sanidad en nuestras vidas? Aquí hay algunos pasos prácticos que podemos seguir:
Buscar a Dios en oración: Acércate a Dios en oración y pídele que te sane. Expresa tu fe en su poder sanador y confía en su amor y cuidado por ti.
Recibir oración y apoyo de la comunidad de creyentes: Busca el apoyo de otros creyentes que puedan orar por ti y brindarte apoyo emocional y espiritual en tu proceso de sanidad.
Meditar en la Palabra de Dios: Sumérgete en la Palabra de Dios y medita en los versículos que hablan sobre su poder sanador. Permítele que sus promesas de sanidad fortalezcan tu fe.
Seguir una vida saludable: Cuida tu cuerpo, mente y espíritu a través de hábitos saludables, como una dieta equilibrada, ejercicio regular, descanso adecuado y prácticas de auto-cuidado.
Conclusion:
En este devocional, hemos explorado la verdad de que Dios es el Dios que sana. A través de los versículos bíblicos, hemos descubierto su naturaleza sanadora y su voluntad de sanarnos. Hemos visto cómo Jesús, durante su ministerio terrenal, manifestó el poder sanador de Dios y cómo la sanidad forma parte de la obra redentora de Dios.
Al buscar a Dios en oración, recibir el apoyo de la comunidad de creyentes, meditar en la Palabra de Dios y llevar una vida saludable, podemos abrirnos al poder sanador de Dios y experimentar su sanidad en nuestras vidas. Recordemos siempre que Dios es el Dios que sana y que podemos confiar en su amor y cuidado por nosotros.
Que la verdad de YHWH RAPHÁ, el Dios que sana, llene nuestras vidas de esperanza y restauración.
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