MUERTE VS. VIDA
En Juan 11 se narra la historia de la resurrección de Lázaro.
El amor que Jesús tenía por su gran amigo logro este gran milagro.
Hay cosas que quizás sin darte cuenta se han dormido dentro de ti y están muertas, enterradas en una cueva como lo estaba el cuerpo de Lázaro, pero hoy puede ser el día de un milagro para ti. Que aquellas esperanzas que estaban muertas regresen a la vida.
¿Cómo volver a la vida algo que ha muerto?
Juan 11:3-4
Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo. 4 Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.
Jesús lo dijo claro que Lázaro no moriría, sino que servirá para mostrar el poder de Dios.
La enfermedad puede ser incurable, pero para Dios todo tiene cura.
El caso puede estar cerrado, pero para Dios no hay cerrojo que se le resista. ¡No creas que eso ya muerto, que no hay nada que hacer! porque lo que Dios quiere hacer a través de tu circunstancia que su poder se vea aún más en tu vida.
Esto que hoy te aflige será de testimonio para que todos crean que hay un Dios poderoso.
Cuando pensamos que no hay salida, que ya todo terminó ten una visión de FE.
La fe será el motor que te ayudará a seguir viviendo, a seguir luchando .
Sin Fe es imposible agradar a Dios, sin fe no recibes el galardón.
La Biblia dice que se cree con el corazón, pero con la boca se confiesa para salvación.
Tú crees con el corazón, pero confirmas con tu boca.
Es como tener una pistola: La pistola sin balas no sirve, no tiene poder. Las balas sin pistola tampoco sirven. Una pistola cargada con balas es fulminante.
Tu corazón es la pistola, pero tus palabras son las balas.
No basta con tener la pistola hay que dispara las balas.
No solo podemos quedarnos en saber que nuestras palabras tienen poder, debemos empezar a “disparar” esas palabras con fe.

Si creemos, en una palabra, si creemos en un milagro, si creemos que Dios nos va bendecir debemos empezar a esperarlo con fe.
Juan 11:5 NBV
“Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro”
No digas cómo me pudo pasar esto a mi, Dios ya no me ama. Dios te ama, sabe que vas a pasar por esto, y está contigo en todo el proceso. ¡No estás solo!
Juan 11:7-11
Luego, después de esto, dijo a los discípulos: Vamos a Judea otra vez. 8 Le dijeron los discípulos: Rabí, ahora procuraban los judíos apedrearte, ¿y otra vez vas allá? 9 Respondió Jesús: ¿No tiene el día doce horas? El que anda de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo; 10 pero el que anda de noche, tropieza, porque no hay luz en él. 11 Dicho esto, les dijo después: Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertarle.
Juan 11:13-16 NBV
“Aunque Jesús se refería a la muerte de Lázaro, sus discípulos pensaron que hablaba del sueño natural. 14 Por eso Jesús les dijo claramente: Lázaro ha muerto, y me alegro de no haber estado allí, para que por medio de esto ustedes crean. Vamos a verlo.
Entonces Tomás, al que llamaban el Gemelo, dijo a los otros discípulos: Vamos también nosotros, para morir con él.»
Tomas respondió con incredulidad, no creía que Dios podía hacer el milagro ni mucho menos que Dios podía.
Cuando la incredulidad quiere venir a poner dudas en ti, no la escuches.
Sigue escuchando a Dios.
La incredulidad tratará de sabotearte, para que no confíes en Dios y en sus promesas.
Pero tu fe tiene que silenciar a tu Tomás.
Juan 11:17-23 TLA
“Aunque Jesús se refería a la muerte de Lázaro, sus discípulos pensaron que hablaba del sueño natural. 14 Por eso Jesús les dijo claramente:
Lázaro ha muerto, y me alegro de no haber estado allí, para que por medio de esto ustedes crean. Vamos a verlo.
Entonces Tomás, al que llamaban el Gemelo, dijo a los otros discípulos: Vamos también nosotros, para morir con él.”
A Jesús ni bien llego le llegaron informes negativos, primero que Lázaro ya llevaba más de 4 días muerto, es decir ya había entrado en descomposición, y después salieron a su encuentro las dos hermanas que, aunque afirmaron que creían en Jesús, no escucharon lo que El les decía sino sólo escuchaban su dolor.
Deja de escuchar a Dios con tus sentidos y comienza a escucharlo con tu fe.
Juan 11:25-26 NBV
“Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que cree en mí nunca morirá.
¿Crees esto?”
Dios hace milagros de un día para otro. De lo que no es, ahora es.
Juan 11:38-44 NBV
“Jesús, conmovido una vez más, se acercó al sepulcro. Era una cueva que tenía tapada la entrada con una piedra.
Jesús ordenó: Quiten la piedra. Marta, la hermana del muerto, respondió: Señor, ya debe oler mal, pues hace cuatro días que murió.

Jesús le respondió: ¿No te dije que si crees verás la gloria de Dios?
Entonces quitaron la piedra. Jesús miró al cielo y dijo: Padre, te doy gracias porque me has escuchado. 42 Yo sé que siempre me escuchas, pero lo dije para que la gente que está aquí crea que tú me enviaste.
Después de decir esto, gritó con todas sus fuerzas: ¡Lázaro, sal de ahí!
Y el que había estado muerto salió, con las manos y los pies vendados, y el rostro cubierto con un lienzo.
Jesús les dijo: Quítenle las vendas y déjenlo ir.»
Cambia tu forma de orar.
Jesús dijo ¡Padre gracias por haberme oído! el tiempo que uso fue pasado, para demostrar que no es que recién va a oír nuestra oración, Él ya la oyó. Ora de tal manera que los cielos y la tierra se estremezcan.
Si recuerdas los milagros que te han ocurrido, le anteceden una oración intensa y perseverante.
¡Si quieres levantar a ese muerto entonces ora más!
Aférrate a esa promesa, ora así como lo hizo Jesús, creyendo en su Padre.
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