EL AMOR: La Esencia Pura del Verdadero Amor
Amar a Dios sobre Todas las Cosas
El verdadero amor es la característica principal de aquellos que siguen y aman a Dios. Nuestras palabras, actitudes y motivaciones deben emanar del amor. La fe, la esperanza y el amor son virtudes que permanecen, pero el amor es la más excelente de todas (1 Corintios 13:13).
Amar a Dios implica tener compasión y pasar tiempo con Él para poder amar a quienes nos rodean. Amar a Dios significa obedecerle y cederle el control de nuestras vidas (Mateo 22:37). Amar a Dios va más allá de las palabras, requiere acciones concretas.
Dios se revela a aquellos que le aman. Debemos mostrar nuestro amor hacia Él no solo con palabras, sino con hechos. Amar a Dios implica ser sinceros con nosotros mismos, reconocer nuestras debilidades y depositarlas en Él. Buscamos ser mejores personas, esposos, hijos y servidores de los demás, acorde a Su corazón.
El Verdadero Amor: Amar a Dios y a los Demás
Mateo 22:37 NBV afirma: “Jesús respondió: ‘Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente’”.
Amar a Dios significa estar dispuestos a dejar lo que no es correcto delante de Él. Es demostrar nuestro amor a través de nuestras acciones y decisiones. Dios muestra fidelidad a aquellos que le aman y obedecen sus mandamientos (Deuteronomio 7:9).
Nada ni nadie puede detenernos cuando estamos dispuestos a demostrar nuestro amor por Dios. Debemos ser valientes y demostrarle cuánto le amamos. Cuando buscamos agradar a Dios, Él estará a nuestro lado en cada momento y no nos dejará solos.
Jesús resumió toda la enseñanza de la Biblia en dos mandamientos basados en el amor: amar a Dios con todo nuestro ser y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. El amor por Dios y por las personas debe ser evidente en nuestra vida.
El Amor se Demuestra con Hechos, no Solo con Palabras
1 Juan 3:18 NBV nos insta: “Hijitos míos, que nuestro amor no sea sólo de palabra ni de labios para afuera, sino que amemos de veras y demostrémoslo con hechos.”
Amar a Dios implica invertir nuestro tiempo, el regalo más valioso que tenemos. No solo amemos con palabras, sino con hechos.
Tratemos a los demás con amor, que la esencia del Espíritu Santo sea siempre lo que expresa nuestro ser, que el amor que se describe en
1 Corintios 13:4-8 Reina-Valera 1960 4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; 5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 8 El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.
Aunque a veces sea realmente difícil hacerlo, aunque amar a nuestros enemigos sea casí imposible, para Dios no hay nada imposible y si te perdonó a ti , por que no perdonar tú a los demás y sólo juzgas?
Romanos 2;1 Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo.
No debemos lastimar ni juzgar, sino hablarles de lo que Dios ha hecho en nuestra vida y orar por ellos. Respondamos siempre con amor, como los que conocen a Dios.
Mateo 7:2 Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido.
El amor a Dios nos motiva a invertir nuestro tiempo, el regalo más valioso que tenemos. No solo debemos amar con palabras, sino con hechos. El amor se traduce en tiempo. Debemos dedicar tiempo a quienes amamos, incluyendo a Dios, quien desea que hablemos con Él, le adoremos y le abramos nuestro corazón.
El amor no espera, busca expresarse en el presente. Debemos amar a Dios con todas nuestras fuerzas, mente, corazón y tiempo. Él nos acepta a pesar de nuestros errores y nos ayuda a crecer. Dios es la esencia pura del amor y renueva su pacto de amor con nosotros cada día.
No esperemos más, busquemos adorar a Dios y amarlo, no por lo que nos da, sino por lo que Él es. El verdadero amor se muestra con hechos, no solo con palabras, Juan 3:16 nos da la definición perfecta de lo que es el amor. Demostremos el amor que sentimos por Dios a través de nuestras acciones y decisiones hoy mismo.
En conclusión:
El amor es la esencia pura y fundamental en la vida de aquellos que siguen y aman a Dios. Como se menciona en la Biblia, el amor es una virtud excelente que perdura junto a la fe y la esperanza. Amar a Dios implica más que simples palabras; requiere acciones concretas y dedicación constante.
El amor a Dios se manifiesta al vivir una vida sincera y realista delante de Él, reconociendo nuestras debilidades y buscando mejorar cada día. Es un amor que se traduce en tiempo dedicado a adorarle, hablar con Él y obedecer sus mandamientos. Además, el amor a Dios se refleja en nuestro trato hacia los demás, demostrando compasión, respeto y cuidado por aquellos que nos rodean.
En resumen, el verdadero amor se basa en amar a Dios sobre todas las cosas y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Es un amor que se manifiesta a través de acciones concretas, no solo en palabras.
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